La tecnología de licuefacción de CO₂ de AB permite recuperar dióxido de carbono del proceso de upgrading del biogás y convertirlo en bioCO₂ líquido apto para la industria alimentaria. Una incorporación más a nuestra amplia gama de soluciones tecnológicas para dar valor a las emisiones resultantes del proceso de producción de biometano, transformándolas en un recurso preciado.
Nuestras plantas de licuefacción de CO₂ –DISCO₂VERY– cumplen con rigurosos estándares de seguridad y medioambientales, y utilizan tecnologías de última generación para optimizar la eficiencia energética, la fiabilidad y la pureza del CO₂ líquido producido. Diseñadas como una solución plug-and-play en contenedores, garantizan una rápida instalación y puesta en servicio in situ.
El CO₂ producido a partir de la purificación del biogás se puede licuar para su transporte a los lugares de consumo: inyección de CO₂ en invernaderos agrícolas, producción de hielo seco, industrias procesadoras de alimentos, industrias químicas, producción de líquidos refrigerantes.
Incorporar una planta de licuefacción de CO₂ al sistema de upgrading de biogás a biometano comporta una mejora de la sostenibilidad, de los ingresos y de la puntuación CI.
La puntuación CI mide la cantidad de emisiones de dióxido de carbono (CO₂) producidas por unidad de energía o combustible consumido. Es un indicador fundamental utilizado para evaluar el impacto ambiental de distintas fuentes de energía. Una puntuación de CI más baja indica menos emisiones de CO₂ asociadas con la energía producida, lo que significa una fuente de energía más limpia y sostenible.
El CO₂ producido por la planta cumple con la legislación europea (Reglamento (UE) n.º 231/2012 – Aditivo E290) y la norma internacional (International Society of Beverage Technologists) para el uso de dióxido de carbono en las bebidas.
La planta se basa en un proceso criogénico integrado dividido en 5 fases:
Tratamiento: en la primera parte del proceso, el sistema de depuración elimina contaminantes y olores a través de un sistema de filtros de carbón activado.
Compresión: el gas se comprime a una presión entre 15 y 20 bar dependiendo de las necesidades del cliente.
Secado: la humedad se reduce por condensación y absorción en tamices moleculares.
Destilación criogénica: los gases extraños (CH₄, N₂, O₂) presentes en la mezcla de entrada se separan del dióxido de carbono mediante la tecnología de destilación criogénica, que permite obtener CO₂ a la salida del sistema con un contenido superior al 99,9 %, como establece la norma ISBT.
Almacenamiento: El bio-CO₂ se transporta a un tanque de almacenamiento donde se mantendrá en las condiciones deseadas de presión y temperatura.
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